Testimonio: ¡DIOS es DIOS!

Esta historia comienza por un viaje con un motivo especial. Por primera vez Nuestra Hna. Cecilia Briones era abuela de un pequeñito que le robó el corazón.

Viajó desde Iquique, ciudad en la que reside junto a su marido, con intenciones de pasar un largo tiempo con su pequeño nieto, entre de tantos regalonéos y momentos felices. Pero ella extrañaba a su esposo.

Acercándose la fecha de regreso, recibió un llamado telefónico de su esposo que le comunicaba que había sismos muy fuertes en su ciudad. Esta noticia sólo aumentaba las ganas de volver a su casa.

Muy cerca de la fecha de regreso, el esposo le pidió que no viajara de vuelta. No se imaginó perder los pasajes en avión, por el costo es alto. Finalmente decide no viajar a pesar de sentir un abismo en su corazón.

Pasaron 4 días y hubo un terremoto grado 8,2 en la ciudad de Iquique. Nuestra hermana Cecilia Briones, quienes la conocen, saben que es operada de columna y sufre de dolencias a sus rodillas, para ella no es fácil movilizarse en situaciones así, no puede reaccionar con facilidad.

Hoy damos honra y gloria a Dios por no haber presenciado aquel terremoto y librarla de tan grande tristeza, así como dice su palabra “no ha puesto tristeza sobre tristeza” y Dios nos guarda en el hueco de su mano.